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lunes, 18 de abril de 2011

Y sin él su vida no se hundió

Tal vez simplemente se trate de una obsesión, de un simple capricho. Sí como un capricho de esos que tienen los niños tan a menudo, de cuando ven un juguete y les parece que es el juguete más maravilloso del mundo, les da igual lo que cueste, lo que haga o no haga simplemente lo quieren y saben que no pararán hasta conseguirlo o hasta que vean otro que llegue a llamarles tanto la atención, que consiga hacerles olvidar. ¿Olvidar? o ¿distraer? Quien sabe, quizás ese niño en algún momento de su adultez vea algo que consiga hacerle recordar a ese juguete tan maravilloso que deseaba con todas sus fuerzas, y seguramente volverá a sentir esa sensación de querer, de deseo hacia ese juguete. Tal vez durante toda su vida ha necesitado de verdad ese juguete. O tal vez cuando lo recuerde sonreirá gracias a esa sensación antigua que siente en ese momento y pensará que no era para tanto, que era verdad lo que le decían que sin ese juguete su mundo no se hundiría.

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